COYUNTURA

Proyectos imperiales, resistencias anticoloniales. El velo y la guerra de Argelia.

Proyectos imperiales, resistencias anticoloniales; 

El velo, y la guerra de Argelia en la cronica de Frantz Fanon.


Malva Marina Vega.



Frantz Fanon reconstruye las etapas de la guerra de independencia de Argelia y a partir de ellas consolida sus reflexiones sobre el funcionamiento del colonialismo que ha trabajo desde su primer obra Piel Negra, Máscaras Blancas. A nosotros nos interesa la reflexión sobre el comportamiento de la conquista cultural y su relación con el concepto de identidad, por lo que nos centraremos en la situación del uso y desuso del velo en las mujeres argelinas. El autor retoma este elemento y las dinámicas que surgen a su alrededor para cuestionar el concepto de identidad: si es una herramienta que concilia a la mujer y al resto de la sociedad colonizada con su cultura permitiéndole alcanzar la emancipación o es una etapa del proceso que, aunque esencial, no es la final. 

Esta última idea es fundamental en el pensamiento del autor, aunque lo define con mayor detenimiento en su obra más famosa Los condenados de la tierra, en especial, en el capítulo “Sobre la cultura nacional”. Sintetizando un poco la idea y para generar un puente con lo que explica en “Argelia se quita el velo”, Fanon dice que la necesidad de explicar el presente a partir de elementos que anteceden a la colonia surge en el gremio intelectual, pues en ellos recae la responsabilidad de rehabilitar su historia y, a su vez, de diferenciarse de los pensadores occidentales. Bajo ese contexto se inventa “lo propio” para defender la existencia de una cohesión cultural previa al periodo colonial donde será posible reconstruir una cultura nacional:


[…] esta búsqueda apasionada de una cultura nacional más allá de la etapa colonial se legitima por la preocupación que comparten los intelectuales colonizados de fijar distancia en relación con la cultura occidental en la que corren peligro de sumergirse. Porque comprenden que están a punto de perderse, perderse para su pueblo (Fanon, 2011:191).

Sin embargo, para el autor esta medida no es suficiente porque refleja aún el sentimiento de inferiorización frente al europeo. Aún hay problemas internos y hablar de una identidad nacional forjada puede ser un espejismo, más ello no quiere decir que el camino para lograrlo no esté dispuesto.


I . La tradición de la indumentaria es un elemento que refleja de modo evidente los valores de cualquier cultura, pero trivializar así todo ese código cultural invisibiliza la complejidad de una sociedad en la época colonial.

El autor critica el discurso progresista que la cultura ocupante predica sobre la penalización del uso del velo y afirma que en él se esconde una verdadera intención de conquista. Es decir, la premisa central del capítulo afirma que la administración colonialista deforma la acción del uso del velo para justificar sus acciones imperiales.

Foto por Agencia AP

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Para introducir la importancia que el colonizador le asigna a la mujer argelina y por qué es necesario hablar del velo el autor explica, primero, cómo el velo de la mujer árabe es un elemento que visualiza abiertamente la diferencia cultural en el mundo colonial y, después, a nivel interno, cómo los estudios occidentales sociológicos de la época demostraron que también es un referente de estatus en los códigos culturales argelinos. Por eso, para la administración ocupante, representa un espacio clave para comenzar con la desestabilización interna de la sociedad ocupada. Entonces el colono comienza a armar estrategias que le permitan dominar primero a la mujer argelina. 

La primera acción será castigar moralmente el uso del velo para colocar a la mujer argelina en el rol de víctima y al hombre argelino en el de dominante agresor. Así el hombre blanco podrá ser mediador entre las relaciones “bárbaras” de los ocupados y cualquier acción que se le oponga estará también oponiéndose a la “civilización”. En esta situación se fracturan las relaciones interpersonales de la sociedad argelina y el colono impone su sistema de valores morales por encima para justificar sus próximas acciones. Esta estrategia (abordada también en Los condenados de la tierra) es medular para que el colonialismo sea efectivo aún después de la guerra. El colonialismo como sistema ideológico rebasa el tiempo en los daños que ocasiona, es decir, busca como principal ataque hacerle creer al ocupado que lo necesita. Instala la idea de barbarismo innato en la mente del colonizado con el fin de convertirse automáticamente en una posibilidad civilizatoria. Para ello no sólo erosiona el presente cultural de la sociedad colonizada sino la hace dudar de su pasado, lo reinventa. 

Y esa reinvención del pasado del colonizado tiene como fin provocar en él un deterioro por su autoimagen y, primero anhelar adoptar la cultura ajena, después intentará reencontrarse con su pasado y reivindicarlo, pero la efectividad del colonialismo al imponer su sistema de valores como el correcto volverá más compleja la tarea:


La reivindicación de una cultura nacional pasada no rehabilita sólo, no justifica únicamente una cultura nacional futura. En el plano del equilibrio psicoafectivo provoca en el colonizado una mutación de una importancia fundamental. […] Por una especie de perversión de la lógica, se orienta hacia el pasado del pueblo oprimido, lo distorsiona, lo desfigura, lo aniquila. […] La madre colonial defiende al niño contra sí mismo, contra su yo, contra su fisiología, su biología, su desgracia ontológica (Fanon, 2011: 192).


Dentro de la lógica del sistema colonial, la superioridad y el progreso intelectual están determinadas por el ocupante, por lo tanto, cualquier cuestionamiento que el intelectual argelino proponga frente a las imposiciones del colono se verá estigmatizado, aún más que el del resto de la sociedad:


[…] el ocupante, descontento con sus fracasos, presenta de manera simplificada y peyorativa el sistema de valores que le sirve al ocupado para oponerse a sus innumerables ofensivas. Lo que significa voluntad de singularización, preocupación por mantener intactos algunos girones de la existencia nacional, se identifica con actitudes religiosas, mágicas o fanáticas (Fanon, 1971: 24-25) .


La resistencia del colonizado a aceptar o a despojarse de un elemento cultural no es reflejo de un arraigamiento profundo a su sistema de creencias, es una imposibilidad de un cambio abrupto, pues en la descolonización es necesaria la cohesión cultural-nacional. La anti-asimilación es una respuesta espontánea fruto del proceso emancipatorio:

Los fenómenos de la anti-culturalización deben entenderse como la imposibilidad orgánica en que se encuentra una cultura para modificar alguno de sus tipos de existencia […]. Los fenómenos de resistencia que se observan en el colonizado deben interpretarse como actitudes de anti-asimilación, de mantenimiento de su originalidad cultural y nacional (Fanon, 1971:25).


Foto por Marc Riboud

Foto por Marc Riboud

Después de entender el esquema general del conflicto cultural entre la sociedad ocupante y ocupada para valorar bajo ese prisma el lugar de la mujer argelina y su compañero, entremos a la lógica de los individuos de la sociedad europea: ¿Cómo observan el hombre y la mujer europeos a la mujer argelina? ¿Cómo conmueve individualmente el uso del velo a los representantes europeos?


El varón europeo frente a la argelina inventa una fantasía para poder explicarse lo desconocido. La barrera visual del velo le genera frustración y desencadena su agresividad: “Esta mujer que ve sin ser vista frustra al colonizador. […] El europeo, frente a la argelina desea ver. Y reacciona de manera agresiva ante este límite que se pone a su percepción.”  (Fanon, 1971: 27). Entonces la fantasía se convierte en el canalizador de esa violencia y busca definir la sexualidad de la argelina. La cree promiscua, la califica como hipócrita y perversa.


En la obra Piel negra, máscaras blancas, su análisis se concentra en la reconstrucción de perfiles psíquicos diagnosticados en las relaciones interraciales del mundo colonial. Hacemos mención de ella porque vamos a complementar la reflexión anterior con un fragmento del capítulo “La mujer de color y el blanco” de esta obra. En este capítulo, el autor se concentra en la explicación psíquica del comportamiento de la mujer negra frente al hombre blanco. La idea nuclear podría resumirse en la necesidad de blanqueamiento que la mujer negra busca alcanzar, a cualquier precio, a través de la unión amorosa con el hombre blanco. La reflexión con la que queremos engarzar lo anterior se vincula a esto último, Fanon abre el análisis con la afirmación de que ningún amor interracial será auténtico hasta que el sentimiento de inferiorización y la visión con prejuicio exótico se superen: 


Hoy creemos en la posibilidad del amor. Por eso nos esforzamos en detectar las imperfecciones, las perversiones. Se trata […] de determinar en qué medida el amor auténtico continuará siendo un imposible en tanto no sean expulsados ese sentimiento de inferioridad o esa exaltación adleriana (Fanon, 2009: 65).


En esta idea confirmamos cómo el europeo frente a la argelina observa sólo una fantasía de posesión, pero jamás es digna de ser vista como mujer. En Piel Negra, Máscaras Blancas entendemos la falta de la mujer negra, pero en Sociología de una Revolución comprendemos al individuo europeo en la voracidad obsesiva de poseer como objeto a la argelina: “El europeo sitúa en un nivel muy complejo su relación con la mujer argelina. Quisiera tener esa mujer a su alcance y convertirla en un eventual objeto de posesión” (Fanon, 1971: 27). 


Hasta ahí alcanza de modo sintético la percepción del varón blanco, pero para poder hablar de la visión occidental/dominante hay que incluir a la mujer europea, quien también aporta elementos al enfrentamiento entre colonizados y colonizadores. Cuando la argelina adopta los valores extranjeros al quitarse el velo despierta celos en su hermana europea, pero ella logra evadirlos con su trato condescendiente y trivializa el uso del velo como un elemento estético análogo al maquillaje, condenando nuevamente a la argelina a la imagen de ornamento: “Las mujeres europeas resuelven el conflicto con mucha menos precaución. Afirman que no se disimula lo que es bello, e interpretan este hábito extraño como una voluntad ‘muy femenina’ de disimular las imperfecciones” (Fanon, 1971: 28).


La constante violencia que sufren los colonizados en el proceso de emancipación provoca la necesidad de valorar elementos cotidianos precoloniales como símbolos identitarios fundamentales que deben enraizarse, y en ese afán de resignificarlos pueden confundirse e involuntariamente separar a la cultura de la política, propagando una idea de resistencia y emancipación vacía: 


Las intenciones deliberadamente agresivas del colonialista en torno al haik confiere una nueva vida de este elemento muerto […]. Aquí, encontramos una de las leyes de la psicología de la colonización. En un primer momento, la acción y los proyectos del ocupante determinan los centros de resistencia en torno a los cuales se organiza la voluntad de afirmación de un pueblo (Fanon, 1971:30).


En este punto se vuelve más evidente la problemática que inspiró este trabajo: el papel del velo como elemento identitario de la mujer colonizada, su valor y transformación en el proceso de emancipación política y cultural. El uso del velo no debe ser un elemento esencialista de la mujer argelina, porque hasta ahora, como hemos visto, la construcción de la argelina como sumisa a partir del uso de su velo es una idea impuesta, entonces rendirle culto a este elemento como símbolo opositor a la ocupación extranjera debe también de perder ese carácter esencialista, pues forma parte de una reacción espontánea:

Foto por Marc Riboud

Foto por Marc Riboud

Con motivo de la lucha de liberación, la actitud de la mujer argelina y de la sociedad autóctona frente al velo, sufrían modificaciones importantes. El interés de esos cambios reside en la circunstancia de que en ningún momento fueron incluidos en el programa de la lucha. […] ya que en la práctica revolucionaria el pueblo ha comprendido que los problemas se solucionan en el movimiento mismo que los postula (Fanon, 1971, p.30). 


Varias razones impidieron que la mujer argelina se incluyera rápido en la participación directa de la guerra, pero la necesidad de involucrarla fue creciendo. Una razón se vincula con la imposibilidad de resignificar el uso del velo como un acto auténtico de resistencia, pues limitó a la cultura argelina a regresar a sus hábitos tradicionales y la mujer perdió su rol en el espacio público. Esta acción impactó en la sociedad argelina y en su búsqueda por la emancipación:


La tenacidad del ocupante en su propósito de despojar a las mujeres de su velo, de convertirla en una aliada en la obra de destrucción cultural, reforzó los hábitos tradicionales. Tales hábitos, positivos en la estrategia de la resistencia contra la acción corrosiva del colonizador, tuvieron naturalmente efectos negativos. La mujer […] perdió su comodidad y seguridad […] Esta vida relativamente enclaustrada que implica movimientos conocidos, inventariados y reglamentados, hipoteca gravemente cualquier cambio inmediato (Fanon, 1971:32). 

Foto por Marc Riboud

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Otra razón en la discusión sobre incluir a la mujer en la guerra se debía al sadismo con que el ocupante castigaba al militante capturado, así que la argelina fue instruida en aumentar su resistencia psicológica y moral para poder confiarle como si fuera un militar experimentado. La inserción del sujeto femenino en ese contexto en particular abrió la posibilidad existencial de un nuevo sujeto, despojado del mito de identidad:  como consecuencia de todo este proceso la mujer argelina abandona esa identidad impuesta y comienza a emanciparse, pues su participación en la guerra no nace de un acartonado personaje de ficción sino de la necesidad de liberación nacional:


la argelina que participa en la lucha aprende instintivamente, a la vez, su papel de “mujer sola en la calle” […]. La mujer argelina no es un agente secreto. […] No es la representación de un personaje conocido y mil veces invocado en la imaginación o en los relatos. Es un nacimiento auténtico, en estado puro, sin propedéutica (Fanon, 1971, p.32).

Las etapas de metamorfosis de la argelina están acompañadas por la guerra de liberación nacional: primero, y adaptándose a la situación, debe comprender su desnudez y actuar con naturaleza al entrar a la ciudad europea porque deja el uso del manto y el velo. En una segunda etapa, cuando la guerra se ha desatado con mayor violencia, la mujer argelina debe mejorar su adaptación y soltura corporal en la ciudad europea, necesita convertirse en una argelina-europea. Después, en la última y tercera etapa descrita, como consecuencia de las capturas y los testimonios que los ocupantes han logrado, la argelina regresa al uso del velo y su cuerpo debe aminorarse hasta pasar totalmente desapercibida, pues el militar europeo tiene suficiente información sobre su participación en la guerra. En las tres etapas la mujer fue, principalmente, mensajera de información, armas y dinero, por eso la importancia de la adaptación de su cuerpo:


Existe, por lo tanto, un dinamismo histórico del velo que se percibe en forma muy concreta, en el desarrollo de la colonización de Argelia. Al principio, el velo es un mecanismo de resistencia, pero para el grupo social su valor continúa fuertemente arraigado. Se usa por tradición, por la rígida separación de los sexos, pero también porque el ocupante quiere develar a Argelia. Más tarde, la mutación interviene en ocasión de la Revolución y en circunstancias precisas. Se va abandonando el velo en el transcurso de la acción revolucionaria. Lo que había sido preocupación de conducir al fracaso las ofensivas psicológicas o políticas del ocupante, se convierte en medio, en instrumento. El velo ayuda a la argelina para responder a las nuevas interrogantes planteadas por la lucha (Fanon, 1971, p.45).


 En la guerra la argelina debe adaptarse a ambos mundos y busca en su entendimiento intelectual y corporal los valores de ambas culturas para lograr representarlos. Sin embargo, esa readaptación, necesidad básica en el combate, da como resultado nuevas modalidades que revaloran la necesidad de una identidad. Es decir, el vaivén entre el uso y desuso del velo fue consecuencia de la situación bélica así que la valorización esencialista de él carecía de importancia, pues no era el velo el que permitía la cohesión cultural que se buscaba sino la revalorización del vínculo entre mujeres y varones en la sociedad argelina.


Conclusiones

Después de reconstruir el modelo teórico que Fanon propone alrededor de las mujeres argelinas en la guerra de independencia me parece pertinente afirmar que sus ideas aportan a la discusión de feminismo, en específico, al feminismo poscolonial. En cuanto a su relación con el marxismo es más que involuntaria, pues su formación parte de una tradición marxista, a pesar de que muchas lecturas recientes de él hayan buscado negar la presencia revolucionaria en su discurso. 

La reconfiguración de la relación entre varones y mujeres en la sociedad argelina surgió gracias a la comprensión de que el enemigo es común, pues fue en la guerra de liberación nacional que surgió la necesidad de involucrar a las mujeres en actividades que parecían ser sólo varoniles y la reivindicación sus lazos fue más que útil: para enfrentarse al ocupante desde una cohesión social impenetrable y para abolir las jerarquías determinadas por el género en esa nueva cultura nacional.

Como reflexión periférica y para reafirmar la vigencia de Fanon, me gustaría insistir en la idea que Fanon trabajó en las tres obras aquí referidas: La identidad. Actualmente proliferan muchas tendencias (políticas, artísticas, académicas) sobre la necesidad identitaria (sea hegemónica o contrahegemónica) y como se ha venido diciendo, el concepto de identidad debe ser un tema que pase bajo la lupa de los analistas sociales, pues en ella (como en todas las problemáticas sociales) conviven contradicciones que al no leerlas con cautela pueden estar reforzando un discurso de divisionismo y ser contraproducente para la organización política.  



Bibliografía

Fanon, F. (2011). Los condenados de la tierra. DF, México: Fondo de Cultura Económica


Fanon, F. (2009). Piel negra, máscaras blancas. Madrid, España: Akal


Fanon, F. (1971). Sociología de una revolución. DF, México: Era


Gendzier, L. I. (1977). Frantz Fanon. Un estudio crítico. DF, México: Era


Escorcia, R. N. (2018). El Discurso Postcolonial de Fanon: Todavía la Guerra de Argelia. Teoría y crítica de la psicología1 (10) 255-270 Recuperado de http://www.teocripsi.com/ojs/index.php/TCP/article/view/219/200

 Davis, A. (2005). Mujeres, Raza y Clase. Madrid, España: Akal 


Spivak, G. C. (1998) ¿Puede hablar el sujeto subalterno? Orbis Tertius 3 (6) 175-235. Recuperado de http://www.fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.2732/p

r.2732.pdf 

 



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